La noche del 27 de septiembre de 1902 se firmó el acta fundacional del Club Atlético Tucumán, y Agenor Albornoz quedó instituido como el primer presidente.

Después de estampar sus nombres, aquellos hombres festejaron y repitieron un grito particular. "Arriba los corazones", dijeron, una y otra vez. 

A lo largo de los siguientes 115 años, el club alternó momentos de todo tipo, pero los corazones nunca volvieron a estar tan arriba como ahora. 

Rebosante de felicidad, el Deca atraviesa un momento deportivo e instiucional que parecía imposible.

Los detalles se pueden encontrar en las noticias que han salido en los distintos medios de comunicación de la provincia, el país y el mundo, a lo largo de los últimos meses, es innecesario reflejarlos en estas líneas una vez más.

Lo concreto es que este año, cuando los Decanos brindemos para celebrar por un nuevo año de vida, sabremos que las copas no significan lo mismo para nosotros que para nuestros primos, o nuestros vecinos.  Y cuando entonemos la canción que no falta en ningún aniversario, sabremos que éste no es un "cumpleaños feliz", sino el más feliz de los cumpleaños. Salud, Atlético, por muchos años y mucha gloria más.