Que Atlético Tucumán haya sido el primer equipo del país en usar camiseta celeste y blanca a bastones verticales ya era un motivo para inflar el pecho. "Incluso antes que la Selección Argentina", se repetía en cada rincón de la provincia.

Pasaron 41487 días entre el 9 de julio de 1903, la primera vez que se usó esa casaca, y el 7 de febrero de 2017, la primera vez que un club utiliza la indumentaria del combinado nacional para defender sus intereses.



Aquella ya era una fecha emblemática, y ésta es directamente la página más gloriosa de la historia de nuestro club, sin duda alguna, y muy posiblemente de todo el deporte del norte argentino.

Porque por estas tierras nunca nadie pudo llegar tan lejos, soñar tan alto, trascender tanto.

Los condimentos de la previa del partido le ponen un marco de epopeya a un logro deportivo que tiene peso propio: era la primera vez que un equipo norteño llega a un torneo internacional, y debuta con un triunfo sencillamente impresionante.

En la ciudad donde todos se marean y se quedan sin piernas, se jugó con el corazón en la mano, y se superó con total claridad a un rival acostumbrado a esas condiciones. También, claro, se superó cuanta adversidad se puso en el camino.

Del análisis futbolístico y de los datos de color que envolvieron a las peripecias de la delegación ya se encargó la prensa de todo el mundo, nuestra intención con este artículo era solamente dejar en claro que estar viviendo este momento nos llena el pecho de orgullo y el corazón de alegría. ¡GRACIAS POR TANTO, ATLÉTICO!